Estuve leyendo el discuso de Mons. Ulloa sobre el sentido cristiano del vestido, para aclarar las dudas de primera mano a ver si había dicho lo que dijo, porque algunas personas dicen que no dijo lo que dijo, sino que dijeron que dijo lo que no dijo. Bueno, basta de cantinfladas, que en el dichoso discurso de Ulloa, había bastantes.
Según mi humilde opinión, el discurso quizo girar en torno al vestido, Cristo como nueva vestidura del cristiano, la virgen María y la mujer. Pero al final, echó todo en una licuadora y le salió un batido de palabras sin sentido. La bomba perfecta para ser malinterpretado y para buscar dobles sentidos. Los católicos tienen toda la razón: Ulloa no dijo lo que dijo, porque en esa homilía no dijo nada. Las personas que fueron a la marcha, también tienen razón, dijo cosas que suenan machistas y misóginas, pero precisamente porque el discurso está tan mal construido que dejó espacio a esas interpretaciones.
Para mi, lástimosamente Ulloa salió muy mal parado, por hacer una homilía que no es digna nisiquiera de un seminarista de primer año. En un curso de homelética, fijo se saca un 50. Un obispo es una persona que es escuchada, la gente se sienta a oirlo, aunque sea obligados en la misa. Al menos debería de sacar el ratito para revisar que las líneas de pensamiento que quiere expresar estén hiladas y bien construidas. Digo, al menos como una muestra de respeto a los que lo escuchan.
Y hablando de respeto, una palabrita acerca de la marcha: El respeto es algo que se gana, no puedes exigir respeto si no lo das. Y parece que hubo algunas faltas de respeto hacia los católicos. De mi parte, apoyo el movimiento, me pareció excelente, pero no puedo aprobar que se exija respeto, faltando el respeto.
ACTUALIZACIÓN:
Acabo de ver el comunicado oficial de la Conferencia Episcopal sobre el tema